"Las vanguardias dejan a un lado el lugar, para darle paso al tiempo, y esto se debe a los cambios tecnológicos que suceden en el mundo, ya no importa el lugar, porque el lugar se ha fragmentado, ya no hay una unidad orgánica, como la que existe en un jardín, un paisaje rural, o en una ciudad colonial sudamericana, en otras palabras el lugar de la poesía ya no es el espacio, sino el tiempo ritmo de una nueva forma de vida."
Tecnología y fragmentación: nuevos topos de la poesía latinoamericana de principios del siglo XX en 5 metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat
Introducción:
Carlos Oquendo de Amat (* Puno, Perú, 17 de abril de 1905 - Guadarrama, España, 6 de marzo de 1936), está considerado uno de los mayores escritores peruanos de todos los tiempos y, junto con sus compatriotas José María Eguren, César Vallejo, Martín Adán, César Moro, entre otros, como uno de los más sobresalientes exponentes de la poesía contemporánea en el Perú.
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Preámbulo en close up.
Es necesario, antes de iniciar esta ponencia, dar una ligera, pero contundente precisión respecto a un par de conceptos que me rondan la cabeza, el primero es el problema del tiempo espacio y el segundo como estos términos ocupan un problema estético frente a la literatura, por ello planteo que la problemática de la narrativa corresponde mayormente al tiempo, el tiempo es la mayor problemática de los discursos narrativos, ya que prima la descripción de un instante, y creo que el problema de la poesía es el problema del lugar, un espacio en el que habita la figura literaria, la poesía habita un lugar por medio del lenguaje (por ejemplo la ciudad, el bosque, el jardín, la soledad, la melancolía, y más espacios comunes de la poesía)
Bien cabe preguntar entonces, ¿qué sucede en las vanguardias? ¿Cuáles son los cambios de paradigmas que afectan el mundo de la poesía, y en especial la latinoamericana que viene de un barroco pre-romántico mal llamado modernismo hispanoamericano? Pues bien, las vanguardias dejan a un lado el lugar, para darle paso al tiempo, y esto se debe a los cambios tecnológicos que suceden en el mundo, ya no importa el lugar, porque el lugar se ha fragmentado, ya no hay una unidad orgánica, como la que existe en un jardín, un paisaje rural, o en una ciudad colonial sudamericana, en otras palabras el lugar de la poesía ya no es el espacio, sino el tiempo ritmo de una nueva forma de vida.
Abrase este libro como se pela una fruta
Como ante sala encontramos este verso que ofrece ya toda una problemática que plantea una nueva forma, este verso tan ingenuo –aparentemente- nos propone una ruptura con el formato, exactamente con la forma en que se concibe la poesía y el contenedor de está que es el libro, y con esté se nos propone en forma de acordeón imitando la forma de la celulosa de las salas de cine, dando otras formas tecnológicas a la vanguardia literaria, esto también nos propone otra forma de ver el mundo, el fragmento de realidad de este autor.
El formato es, por lo general dentro de la poesía o la literatura, lo que menos importa, los escritores no ven importancia en el contenedor, a su esencia plástica, o en la diagramación del libro, y menos en la poesía colombiana, pero la poesía colombiana no viene al caso, la propuesta de estos nuevos formatos en que la literatura dialoga con nuevas formas, nuevos tiempo, en este caso con el cine, con la forma de ver un nuevo mundo que se abre de un solo golpe, ya la antigua París decae y empieza Nueva York a plantear los nuevos paradigmas de las formas.
La poesía es fragmentaria, es un acto terrorista de ruptura hacia un afuera de un adentro quebrado, con claros síntomas de fatiga, la fatiga es la potencia del escritor, es necesario estar cansado para lograr el poema. Por ello, planteo esta ponencia, el hombre está cansado de ver por sus propios ojos el mundo y lo ve a partir de las pantallas, la poesía deviene en celulosa, se vuelve una imagen, imagen tras imagen que en realidad no habitan algún lugar, sino que van en tiempos, cayendo, quebrándose, dejando sus esquirlas como átomos gráficos.
Como decía Blanchot, en la revista l’espace litteraire “escribir es entregarse a una fascinación de la ausencia del tiempo”, esto se ve reflejado en la poesía del Carlos Oquendo de Amat, donde no hay un tiempo exacto, sino que es un correr de situaciones delirantes, donde se mezclan las temporalidades del paisaje, esto lo vemos por ejemplo
a l d e a n i t a
Aldeanita de seda
ataré mi corazón
como una cinta a tus trenzas
Por que en una mañanita de cartón
(a este bueno aventurero de emociones)
Le diste el vaso de agua de tu cuerpo
y los dos reales de tus ojos nuevos
pero a medida que pasa la “cinta” nos encontramos con este frenesí:
r é c l a m e
Hoy la luna está de compras
Desde un tranvía
el sol como un pasajero
lee la ciudad
las esquinas
adelgazan a los viandantes
y el viento empuja
los coches de alquiler
Se botan programas de la luna
(se dará la tierra)
película sportiva pasada dos veces
L s
o m
s u
p b
e l
r a
f n
u e
m r
e b
s a
de miradas internacionales
El policeman domestica la brisa
y el ruido de los clacksons ha puesto los vestidos azules
r Novedad
o Todos los poetas han salido de la tecla U. de Underwod
s
n
e
c
a
n
u compró para la luna 5 metros de poemas
no encontramos un ritmo preciso, pero si una variación de cambios en el lenguaje que rompe la secuencialidad. Esta tipo de poemas encuentra en el mundo una fascinación, el mundo occidental es, sin duda un tiempo exótico, ¿qué puede ser más exótico para un serrano que un trasatlántico abriéndose paso entre los rascacielos? O un poema que deviene celulosa, este exotismo de la fragmentación se encuentra de frente con una tradición bucólica, qué hace un pastor de llamas mientras la luna esta de compras:
f i l m d e l o s p a i s a j e s
un poco de olor al paisaje
las nubes somos buenos
son el escape de gas de automóviles invisibles y nos pintaremos el alma de inteligentes
Todas las casas son cubos de flores POEMA ACÉNTRICO
El paisaje de limón En Yanquilandia el cow boy Fritz
y mi amada mató a la obscuridad
quiere jugar al golf con él
Tocaremos un timbre Nosotros desentornillamos todo nuestro optimismo
París habrá cambiado a Viena
nos llenamos la cartera de estrellas
y hasta hay alguno que firma un cheque de cielo
En el campo de Marte
naturalmente Esto es insoportable
los ciclistas venden imágenes económicas un plumero
para limpiar todos los paisajes
se ha desdoblado el paisaje y quién
habrá quedado?
todos somos enanos Dios o nada
(VÉASE EL PRÓXIMO CAPÍTULO)
las ciudades se habrá construido NOTA.- Los poemas acéntricos que vagan por los espacios sub-
sobre la punta de los paraguas concientes, o exteriorizadamente inconcretos son hoy capta-
dos por los poetas, aparatos análogos al rayo x, en el fu-
(Y la vida nos parece mejor turo, los registrarán.
por que está más alta)
Blanchot habla sobre la escritura como una fatiga del mundo, la fatiga como síntoma del fragmento, esto se debe a que después de un deslumbramiento ante un nuevo mundo, que se nuestra único, esté se quiebra, queda ese afuera que se rompe en mil imágenes que acechan al lector, al habitante de este nuevo mundo, o incluso al visitante, esto es como un sueño, donde el paisaje está constituido por otros paisajes artificiales que están desvinculados, ya no hay una sintaxis lineal, ya no es la montaña, el cielo y el lago, que forman un paisaje orgánico, por el contrario son avisos publicitarios que están desligados uno de otro.
Además del contenido, la importancia de la poesía de vanguardia es el golpe contra la forma sintáctica de la escritura dominante, se va hacia una libertad caligráfica, y una nueva configuración semántica de la palabra, el encuentro con extranjerismo que nutren la lengua, el lenguaje coloquial se mezcla con la metáfora de experiencia poética, el neologismos, rompiendo las formas de la métrica y la rima, ofreciendo la libertad del modernismo, del encuentro con los popular y lo académico logrando en el poema la expresión de una época a través de lo estético social.
Carlos Oquendo de Amat corre en una dialéctica peligrosa que tiene como médium el poema acéntrico, (el poema acéntrico como elemento de un surrealismo arcaico, primero, donde se vive una vigilia del delirio, un insomnio de lo real, citando a Eric Hoppenot de la universidad de parís, una fatiga que es tan poderosa que es vigilia, vigilancia, insomnio.) la dialéctica del tiempo metropolitano, con el tiempo de la provincia, la gran ciudad, al campo, es una poesía sin nostalgia, que descubre y redescubre los mundos (a mi modo de ver, creo que es esencial que la poesía carezca de esa nostalgia, que sea vital, como un correr, por ello esta obra es tan relevante, por esta vitalidad que trae consigo la juventud)
Retomando el poema acéntrico es un poema que camina en el subconsciente, en el abstracto de una materialidad atómica, y sólo la ciencia y la poesía podrán inventar, o ver, pero para caminar por este acentrismo se necesita un elemento clave, que he encontrado en la lectura de Eric Hoppenot que es el siguiente: “en la escritura de la fatiga yo no aprehendo el mundo, el mundo viene a mí, yo acojo su susurro, lejos del tiempo mundano, del tiempo político de la agitación, escribo el murmullo del afuera, ya no tengo tiempo, sólo tengo tiempo.”
De esta manera, el nuevo mundo parece un sueño, el mundo metropolitano es una saturación de imágenes que se contraponen con su elemento más terrenal, el hogar provinciano. Existe una lucha entre lo que es, y lo que se puede ver de los que es, es la experiencia intima del poema frente a lo que la intimidad del poeta puede ver de un mundo del afuera sin ser propiamente público o externo, es la visión de un niño frente a lo que maravillosamente se vende como progreso a pesar de estar en miseria, cosa que vivió el poeta a los 18 años cuando llego a Lima en la pobreza absoluta.
Intermedio:
La re-semantizacion del mundo:
En los poemas del poeta C.O.A encontramos un registro constante que desapercibidamente va pasando, este registro es el verbo ser conjugado en presente simple acompañado por el articulo indefinido un, la partícula textual de es un como médium de dos nombres nos da como resultado una nueva forma de nombrar el mundo, de renombrarlo, el lenguaje rehace el mundo, y este registro es constante, reiterativo, pero lo más bello es que no sé alcanza a notar, pasa desapercibido…
En el poema:
Compañera:
“junto a ti mi deseo es un niño de leche”
El film de los paisajes
“todas las casas son cubos de flores”
“el paisaje es de limón”
“el viento es un paisaje más”
Y mucho ejemplos más a lo largo del poemario que en realidad mide 3.76 metros de largo.
El problema estético de esta obra vanguardista además de habitar un tiempo (más que un lugar (véase preámbulo en close up)) de la fragmentación, es una fragmentación que se transforma en imágenes múltiples, que devienen, sin abandonar la esencia de la poesía, que es la imagen, como diría Cesar Vallejo, la magia de la poesía esta en dos palabras: simpleza y humanidad, estas aproximaciones teóricas son sólo formas atomizar la poesía para descubrir el misterio de la belleza humana, sin importar la época.
El problema ya toma un sentido estético o político, sino ontológico, es el ser de las cosas que se manifiestan a través del lenguaje, pero ¿cómo se manifiesta este problema del ser con relación al lenguaje literario poético, en la época industrial latinoamericana que en Perú empieza a desarrollar en los años 20? Lotman confiere la capacidad de crear la metáfora a partir de la semiosfera del hablante, o mejor dicho, el contexto social, por lo tanto el ser se encuentra de frente abruptamente con una nueva forma de vida tecnológica que marca los imaginarios del poeta, con ello existe un choque dos partes de un mismo ser ambiental (un ser nacional llamado Perú, dividido en lo metropolitano (Lima) y lo provincial (Puno)),