Dos fenómenos esencialmente distintos, las vanguardias y el indigenismo, animaron el debate literario en el Perú durante el decenio 1921-1930.
Las publicaciones culturales más importantes de aquella época dieron espacio en sus páginas a ambas tendencias, destacando en este aspecto la revista limeña Amauta, dirigida por José Carlos Mariátegui, y la puneña Boletín Titikaka, vinculada al Grupo Orkopata de los hermanos Arturo y Alejandro Peralta. La U. de San Agustín acaba de publicar Boletín Titikaka. Edición Facsimilar (Arequipa, 2004), dos tomos que reúnen los 34 números de esta valiosa revista.
Iniciada, en agosto de 1926, como un volante informativo de la editorial Titikaka, cuyo propietario era Arturo Peralta (más conocido por su seudónimo de Gamaliel Churata), la revista dedicó sus primeros números a difundir reseñas y comentarios del libro Ande (1926) y otras publicaciones, incluyendo -casi como un adorno literario- un par de poemas de autores vanguardistas. Sin cambiar su formato de apenas cuatro páginas, ni su publicidad mensual, el Boletín Titikaka comenzó a desarrollar otras secciones, como la titulada "Glosario de arte nuevo" con breves reseñas de libros y revistas vanguardistas.
A partir de su octava entrega, el Boletín alcanza su madurez, reproduciendo una serie de importantes ensayos centrados en los problemas andinos. Desde el número 25 la revista duplicó su tamaño, y con ello tuvo más espacio para colaboraciones y hasta llegó a presentar algunos números monográficos, como el dedicado a la mujer en la sociedad andina, o el último, un homenaje a JCM con motivo de su muerte.
La lista completa de escritores publicados en el Boletín es casi un índice de los principales autores de la época. Entre los peruanos figuran Alberto Hidalgo, Carlos Oquendo de Amat, César Vallejo, José María Eguren, Luis E. Valcárcel, César Miró, Víctor Raúl Haya de la Torre y Jorge Basadre. Y también extranjeros como Jorge Luis Borges, Diego Rivera, Oliverio Girondo, Pablo de Rokha y Xavier Villaurrutia.
El Boletín ha sido objeto de importantes estudios, como el libro Indigenismo de Vanguardia en el Perú (2000) de Cynthia Vich, en el que se afirma que lo más valioso de la revista fue su propuesta de un "indigenismo vanguardista", la unión del discurso reivindicatorio del indigenismo con el entusiasmo por la modernidad propio de los movimientos de vanguardia. Vich encuentra los mejores ejemplos en los poemas de Alejandro Peralta ("Lecheras del ande", "El kolly" o "El indio Antonio") y Gamaliel Churata ("Matinas", "Versos del Achachila"), que proyectan "una visión positiva de la modernidad en el espacio rural andino, a la vez que expresan de manera plástica el sufrimiento del campesinado indígena". Por supuesto, no faltaron detalles polémicos en la revista, como aquellos textos que proponían una nueva ortografía ("nweva ortografya") para el español indoamericano; o lo epigonal y la poca creatividad de los poemas vanguardistas firmados por algunos colaboradores habituales de la revista.
Por su parte, Vich ha encontrado serias contradicciones dentro de los ensayos de Churata, los que intentan sintetizar el purismo racial y la utopía andina propuestos por Luis E. Valcárcel en Tempestad en los andes (1928) con el "neoindianismo" -mestizaje basado en lo autóctono- que J. Uriel García planteó en tres extensos ensayos publicados en el Boletín. En junio de 1930 apareció el último número, el ya mencionado homenaje a JCM. Según Dante Callo, responsable de esta edición facsimilar, la actividad política de los hermanos Peralta, y su consecuente persecución prefectural, los obligó a abandonar la ciudad de Puno y a dejar de publicar el Boletín. Sus 36 números son hoy un imprescindible testimonio de la efervescencia cultural que se vivió en aquella época incluso en las regiones más alejadas de nuestra geografía.
Fuente: La Republica.http://larepublica.pe/11-04-2004/retorna-el-boletin-titikaka Visitado el 29/08/2015
https://larepublica.pe/archivo/364454-retorna-el-boletin-titikaka/ revisitado el 08/12/2019