Oquendo muere en España en un patético año, 1936, tan patético como el estado actual del sanatorio para enfermos tuberculosos de Guadarrama donde pasó los últimos momentos de "asfixia permanente", tan patético como su solitaria tumba (quienes tengan la posibilidad de visitarlo se encontrarán con un hermosísimo y entrañable cementerio), apenas visitada por algunos estudiantes que aman tanto su poesía como él amó la vida.
CARLOS OQUENDO: "Tan pálido, tan triste"
Por: Mª Angeles Vázquez
Oquendo muere en España en un patético año, 1936, tan patético como el estado actual del sanatorio para enfermos tuberculosos de Guadarrama donde pasó los últimos momentos de "asfixia permanente", tan patético como su solitaria tumba (quienes tengan la posibilidad de visitarlo se encontrarán con un hermosísimo y entrañable cementerio), apenas visitada por algunos estudiantes que aman tanto su poesía como él amó la vida. Fue Carlos Meneses capaz de trasmitir esta pasión a través de su arduo y concienzudo trabajo tras la búsqueda de los restos de este gran poeta peruano, al que los bombardeos de la guerra civil española habían dejado sin identificar.
Carlos Oquendo de Amat desarrolla su inquietud literaria en un momento en el que la represión del dictador Augusto B. Leguía, la influencia presurrealista del dadaísmo y la surrealista de Bretón, lanza a los jóvenes intelectuales peruanos a manifestar sus registros culturales en un intenso número de revistas con un marcado carácter social y literario, donde se pretende combinar los últimos acontecimientos históricos europeos y lo autóctono peruano, como es el caso de Amauta, que dirigiría José Carlos Mariátegui hasta el fin de sus días.
Su poesía se gesta con las primeras voces ultraístas que llegan a Perú en los años veinte, pero especialmente se nutre de Bretón, Tzára, Eluard y de sus inspiradores Rimbaud, Mallarmé, Valery y Apollinaire. Por supuesto y como tónica general de los poetas de su generación, tuvo también la influencia siempre presente de José María Eguren y en menor grado, de César Vallejo. Sin embargo, encasillar el estilo de Oquendo sería lo mismo que pretender medir sus Cinco metros de poemas y que los midiera.
Construye un universo poético para el que no necesita más que la libertad creativa que le ofrecen los "ismos" y es por ello que juega incesantemente, experimenta y vive. Y lo hace con pasión y con estrecheces.
Son diversas las anécdotas recogidas en el citado trabajo de Carlos Meneses, muchas de ellas tan festivas, que nos acercan a un Oquendo picaresco y bohemio y que según el poeta Luis de Rodrigo, le hicieron caer en "las garras del alcohol y los paraísos artificiales".
Carlos se introduce en el ambiente literario limeño a través de Xavier Abril, gracias al cual conoce a Manuel Beingolea, una de sus amistades más duraderas, quien durante años cubre las necesidades alimenticias del poeta desde que decidiera abandonar definitivamente, a la muerte de sus padres, su ciudad, Puno, e instalarse en Lima en la más absoluta penuria.
Mendech Dorich narrará que "tras meses de proporcionarle dinero y alimentos, llegó un día en el que el viejo y bondadoso escritor no estuvo en condiciones de hacerlo y a la salida de su trabajo, en la biblioteca del Senado, no atinó sino a comprar dos chancays y dos pepinos y cuando encontró a Oquendo, que lo esperaba en un bar cercano, le dijo mostrándole una libretita que sacó del bolsillo: -Son apuntes de mis gastos mensuales. Te los voy a leer: gasto de casa 300 soles, lavado 25 soles, ropa 100 soles, putas 80 soles, Oquendo 195 soles, lo que hace un total de 700 soles; yo gano 650, de modo que tengo que robar 50 para cubrir mi presupuesto y además tengo que gorrear el tranvía para movilizarme. Como tú comprenderás, hay que resolver esta clamorosa situación. Tu lunch en adelante habrá de ser de una franciscana frugalidad ...- A lo que Oquendo respondió con una vocecilla de falsete: -Eres injusto Manuel, pero no me dejas otra alternativa y no tengo más remedio que aceptar-".
Cinco metros de poemas es la única obra poética de Oquendo, aparte de algunos poemas sueltos publicados en diversas revistas de la época y una pequeña composición llamada Nueva crítica literaria que publica en la revista limeña Rascacielos en 1926, donde realiza una crítica a los poetas de su tiempo, entre los que se incluye, autodefiniéndose como: "Carlos Oquendo de Amat -es un imbécil. Carlos Oquendo de Amat".
Su obra principal, Cinco metros ... desde el título supone una provocación directa al lector (quién no ha caído en la trampa de medir el texto - 4,16 ctms - que según indicación del autor se debe abrir "como quien pela una fruta"). Tomará el título del poema escrito en 1923 "Reclame" o "Réclam" de su último verso "compró para la luna cinco metros de poema", siendo por otra parte uno de los textos más innovadores y donde logrará con absoluta maestría plasmar los juegos tipográficos prototípicos de los movimientos de vanguardia vigentes. Debemos destacar, dentro de estos juegos, la enorme plasticidad que nos ofrecen sus representaciones visuales, ya sea a través de los reclamos publicitarios, de la doble imagen que ofrecen los espejos o de las secuencias cinematográficas que nos muestran el asombro y la fascinación del poeta ante el progreso y la potencia de la gran metrópolis, tendencia por otro lado absolutamente surrealista:
Las nubes
son el escape de gas de automóviles invisibles
Todas las casas son cubos de flores
El paisaje es de limón
y mi amada
quiere jugar al golf con él.
Tocaremos un timbre
París habrá cambiado a Viena
En el Campo de Marte
naturalmente
los ciclistas venden imágenes económicas
s e h a d e s d o b l a d o e l p a i s a j e
todos somos enanos
Las ciudades se habrán construido
sobre la punta de los paraguas
(Y la vida nos parece mejor
porque está más alta)...
"Film de los paisajes" de Cinco metros de poemas, Lima.
Editorial Colmillo Blanco, 1990.
En contraste con este modelo poético aparecen sus poemas amorosos (denominados por la crítica como "afectivos") donde lo más relevante son esos versos hermosos y limpios con que el autor nos muestra una imagen clara de su destierro interior o la emoción que le produce el sueño con la mujer amada, adornando reflexivamente a la compañera ideal:
BIOGRAFIA
tengo 19 años
y una mujer parecida a un canto.
FUENTE:
https://www.bibliotecatrazegnies.es/oquendo2.html