La cabeza del poeta, sin duda, era muy especial, llamaba la atención de sus contemporáneos, tanto, que en su momento, inequívocos señalaron ese rasgo singular. Era una cabeza que habla de sí, sola por sí.
La cabeza del poeta, sin duda, era muy especial, llamaba la atención de sus contemporáneos, tanto, que en su momento, inequívocos señalaron ese rasgo singular. Era una cabeza que habla de sí, sola por sí.